Noches del mes de junio

A Luis Cernuda


Alguna vez recuerdo
ciertas noches de junio de aquel año,
casi borrosas, de mi adolescencia
(era en mil novecientos me parece
cuarenta y nueve)
porque en ese mes
sentía siempre una inquietud, una angustia pequeña
lo mismo que el calor que empezaba,
nada más
que la especial sonoridad del aire
y una disposición vagamente afectiva.

Eran las noches incurables
y la calentura.
Las altas horas de estudiante solo
y el libro intempestivo
junto al balcón abierto de par en par (la calle
recién regada desaparecía
abajo, entre el follaje iluminado)
sin un alma que llevar a la boca.

Cuántas veces me acuerdo
de vosotras, lejanas
noches del mes de junio, cuántas veces
me saltaron las lágrimas, las lágrimas
por ser més que un hombre, cuánto quise
morir
o soñé con venderme al diablo,
que nunca me escuchó.
Pero también
la vida nos sujeta porque precisamente
no es como la esperábamos.


J. G. de B.

2 comentaris:

Maria ha dit...

J.G. de B. Sí senyor!! Fa temps que no el fullejo i ara me n'has fet venir ganes!! A veure per on el tinc...

Joan Recordà i Pellicer ha dit...

D'aixònsis, sí que tenen un aire aixins les nits de juny: que pertorben fins als més sants.

Gràcies Jaime, Gil i Biedma.

Gràcies a tots tres